la dosis justa
para hacerte más fuerte
o sentirte más débil
o serenar tu espíritu.
Las rachas de viento
frenaban cualquier esfuerzo.
El cuerpo se movía
como una sábana tendida.
Tampoco nada
me impedía detenerme.
Pero qué es lo que elige por mí.
Cual es la razón para querer sufrir.
Quizás, la respuesta esté en el viento.
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