Estoy sentado
en el color añil del arco iris,
y balanceo las piernas, mientras me sujeto a dos columnas de humo.
Todavía no han llegado las gotas de lluvia
pero sus madres llevan el vientre de nueve meses;
el rayo está preparado para abrirse paso
y el trueno para llorar.
en el color añil del arco iris,
y balanceo las piernas, mientras me sujeto a dos columnas de humo.
Todavía no han llegado las gotas de lluvia
pero sus madres llevan el vientre de nueve meses;
el rayo está preparado para abrirse paso
y el trueno para llorar.
1 comentario:
Llevo un rato leyendo tus últimos poemas y todos son estupendamente buenos, bueno, yo los veo así.
Éste, en particular es precioso.
Besos
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