Nada importa más que la sal en tu cuerpo
y las alas que no nacieron
se cambiaron por brazos terrestres.
Tu lengua se traba con la sinceridad
y se acomoda al silencio de los pastores.
El pueblo es manteado al son de Richard Wagner
y La Marsellesa se canta a media voz.
Aquí el pueblo gravita sobre su planeta
sin letra en el himno
sin música en las arterias
con demasiadas banderas para tantas causas.
Y el profesor asiste a su destierro
sustituido por la rentabilidad.
Los libros, siempre mudos, siempre gritando
cobran vida cuando se les roza
miden la temperatura de la ignorancia
reflejan la verdadera carencia del hombre.
¿Dónde estaremos cuando seamos libres?.
y las alas que no nacieron
se cambiaron por brazos terrestres.
Tu lengua se traba con la sinceridad
y se acomoda al silencio de los pastores.
El pueblo es manteado al son de Richard Wagner
y La Marsellesa se canta a media voz.
Aquí el pueblo gravita sobre su planeta
sin letra en el himno
sin música en las arterias
con demasiadas banderas para tantas causas.
Y el profesor asiste a su destierro
sustituido por la rentabilidad.
Los libros, siempre mudos, siempre gritando
cobran vida cuando se les roza
miden la temperatura de la ignorancia
reflejan la verdadera carencia del hombre.
¿Dónde estaremos cuando seamos libres?.
1 comentario:
Un placer leerlo.... como siempre...
Saludos azules desde mi orilla...
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