Acércate a la orilla
no separes la espuma
del rizo de tus labios,
y mece entre tu líquido
a las ramas de carne
que
no tienen destino
ni
vuelo de gaviota.
Muéstrame
los días
todos
ellos
sin
dejarte un solo crimen
y
ofréceme la sangre inmortal
que
fluye desde tu magma.
Firme el trazo de la cometa
que sostiene al pasado en el aire
donde espera, si no cae antes
los mejores vientos salados.
La pelota lanzada
todavía no ha llegado al suelo
y el columpio sigue el compás
del último impuso dedicado al vacío.
1 comentario:
Estoy en la orilla infinita,
la ténue bruma se levanta,
mis ojos en el horizonte,
tratan de disipar murallas...
Me encanta leerlo...
Un placer...
Desde mi playa, saludos azules...
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