Cada noche al acostarse, los conductores
nocturnos
se colocan ante un libro y conducen.
Algunos llevan vehículos lujosos, con
tapicería de cuero,
antiguas ediciones o fieles
reproducciones.
Otros son amplios monovolúmenes, o prácticos
utilitarios.
Hay quien apenas arrancado el motor, se
para;
incluso deja las luces encendidas.
Hay quien encuentra entretenido el
paisaje
y lo recorre despacio.
Hay conductores todo terreno, avezados,
capaces de transitar por lugares
agrestes y solitarios
y conductores despistados repitiendo
itinerario.
Los hay amantes de la velocidad y
recorren autopistas,
el objetivo es llegar.
Hay quien comete infracciones y se salta
páginas.
En ocasiones hay copilotos que distraen
al conductor,
algunos buscan un área de descanso y se
detienen.
Una vez terminado el trayecto, hay
conductores inconscientes
que dejan el vehículo en cualquier lado,
expuesto a caer por el abismo de la cama.
Los conductores responsables, a menudo
en doble fila
aparcan en el garaje más cercano.
Algunos, al terminar tocan la superficie
para comprobar
la temperatura del motor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario