Quiero subir en un tren lento
donde viaje el humo de mis huesos,
que el corazón me caliente
como un sol de invierno
y mi paisaje choque en la ventana
escupido por el viento.
Quiero mi páramo desierto
con cicatrices sedientas
la amenaza constante de nacer mañana.
Amanece en Monegros
sobre una línea quemada
un punto amarillo,
y una carretera recta y vacía.
Parece la lectura de un testamento,
el largo desglose de la donación de efectos:
Un sol amargo
una niebla espesa
un árbol seco, guijarros...
Un arado clavado en la tierra
una paridera derruida
un autobús con un pasajero...
Un montículo liviano
unas cepas negras
un caminante de verano.
Quiero subir en un tren lento
nada espera.
recorrer los trazos de la tierra
a la velocidad del insecto
asumir que todo es prestado
incluidas estas letras.
2 comentarios:
Bárbaro. No sé el por qué...pero gracias por hacerme recordar a mi querido abuelo. Saludos!!!
Oh, gracias.
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