La vida es una ramera
apostada en una esquina
te mira como si te quisiera,
se abre de piernas,
y finge que eres único.
La vida es una dependienta
con jornada interminable,
se acerca decidida,
se acerca decidida,
atiende amable,
te vende lo que no quieres.
La vida es una enfermera
que te enchufa a un gotero
donde lentamente caen los días,
visita a otros pacientes
y vuelve a verte
para sedarte,
limpiarte la sangre
o cerrarte los ojos
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