Pase, por favor.
En primer lugar el recibidor.
Más adelante, a la izquierda: la cocina,
equipada.
Frente a ella, el salón: amplio y luminoso.
Junto a él, una habitación, suficiente para sufrir.
A este otro lado; otra habitación, interior.
El baño, aquí.
Frente a él, la habitación de matridemonio,
amplia, con toma de suicidiovisión.
Abajo tiene la plaza de garaje
para que juegue con su coche.
Desde el balcón
se ve a las prostitutas,
ropa tendida,
tejas desprendidas,
bicicletas violadas.
Desde la ventana
se ve al sol
seis minutos
entre fachada y fachada.
Desde la cocina
puede tocar al vecino,
pasarle la sal,
leerle un fragmento.
Es el sitio ideal
para resguardarse de la vida
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