Pérez-Reverte revoluciona las redes sociales en su “A ver si lo he entendido, presidente” y los bárb
Es posible que los bárbaros nos lleven invadiendo hace tiempo, o quizás los bárbaros también seamos nosotros; una mezcla entre pícaros, vanidosos e intolerantes, con un escaso interés por lo grande y mucho por lo frívolo; deslumbrados por el brillo de la apariencia e incapaces de vencer los miedos atávicos. Puede que indignados, si; pero incapaces de dar un paso más allá porque creemos que todo debe cambiar salvo nosotros. En realidad creemos que todo cambia solo y que se trata de cogerse a la agarradera del último vagón para que nos lleven.
Somos herederos de la inquisición, de la venganza de posguerra, del sometimiento al señor feudal, del "piensa mal y acertarás", del "de bueno que es, es tonto", del medir a los demás por su capacidad de acumulación material, de la ridiculzación al diferente, del miedo a dar un paso, de no aprender más allá que el programa de fiestas del pueblo, de creer que "lo nuestro es lo mejor", de ser esclavos de mentiras históricas que nos sitúan en el parnaso de los sueños quijotescos, de llamarnos europeos por manejar una moneda pero sin conocer la cultura europea, ni lenguas de Europa, ni su historia... todo lo más a algún futbolista fichado por el equipo correspondiente.
Hay una burguesía estudiantil a la que no le falta de nada y que piensa en reproducir el modelo social que ha heredado, acostumbrada a vivir cerca de la falda de mamá, insegura para salir al mundo puesto que a éste lo ven por pantalla plana. Una pequeñoburguesía de trabajadores, donde han acumulado todo aquello que no necesitan para vivir, hay un olvido deliberado en reconocer que un trabajador es un trabajador, una multinacional un dinosaurio voraz, un político un mantenido al que sólo se le ha pedido los años de militancia y sometimiento en un determinado partido, y un banquero, un rancio heredero de la usura y la especulación, ocultado en sus edificios de cristal y acero, inmune al resto de los mortales, porque el poder financiero presta a quien le puede cobrar más de lo que da.
Muchos, muchísimos, han buscado hacer negocio a costa de la necesidad ajena. Muchos querían especular con la vivienda, querían ser constructores, cobrar sin IVA y con IVA, colocarse en la administración por procedimientos que no supongan la superación de una oposición, tener casa y segunda residencia, llenar la piscina del chalet y regar flores y lavar el coche, pasear su "prosperidad" basada en el trapicheo, obviando la cultura, la superación personal, la reflexión humana de qué clase de persona se está construyendo con todo eso... Otros han tenido que ver y soportar ese escaparate ignominioso
Y ahora se pide (obliga) a un esfuerzo orientado a mantener las estructuras que nos han llevado a este desastre en detrimento del sostén social al que acudimos cuando no nos queda nada.
El único patrimonio que tiene u trabajador es poder acceder a una sanidad, una educación y una atención a sus necesidades a través del servicio público, soportado por todos como forma de cohesión social, de querer vivir unos junto a otros y no unos encima de otros.
Todo lo demás puede desaparecer con la subida de un impuesto, un cambio de Decreto o la ejecución de un banquero.
Es posible que nos hayamos mezclado con los bárbaros y ahora les hagamos responsables de nuestra falta de escrúpulos.
Nada que ha merecido la pena conquistar se ha hecho en los despachos y procesos electorales. Todo está manipulado, lo vimos con la OTAN y con la misma Monarquía. El mundo no se cambia con las palabras sino con la voluntad firme de hacia donde se quiere ir y pasando a la acción. Y me temo que la acción se queda en protesta y no se sabe donde se quiere orientar el rumbo, por ello dictadores con piel de demócratas están tomando las decisiones.