"Vivimos demasiado tiempo". Estas son declaraciones de la presidenta del FMI. Los seres humanos no hemos encontrado el equilibrio entre nuestra vida productiva (trabajo) y nuestra vida orgánica. Cuando dejamos de trabajar, a pesar de haber contribuido, generamos gasto y consumo de servicios públicos. Cada vez es mayor la esperanza de vida, con lo que es una carga económica para un sistema social colectivo.
Las empresas químicas y farmacéuticas orientan sus productos a un mantenimiento sostenido de la enfermedad. En algunos casos, ciertas enfermedades tienen cura; pero interesa más económicamente la cronicidad de las mismas.
Actualmente el término "guerra" ha cambiado. El mayor enemigo del capital es la acumulación de seres humanos que generan gasto a los "mercaestados". Para ello; o el ciudadano se costea todo su gasto, o se
emplean métodos de exclusión selectiva, próximos a la depuración social.
La tercera guerra mundial no es ejército contra ejército, sino estado/mercado contra ciudadano/democracia.
Y todo ocurre de forma que no se pierde la apariencia democrática. Entretenidos en el juego de la política como si de un monopoly se tratara, se compran estados y se orientan sus políticas para generar beneficios a quien presta el dinero. La última parte es el exterminio de toda forma de rebeldía ante la agresión.
Si usted no puede pagar electricidad, ni agua, ni puede acceder a estudios superiores, ni entra en círculos elitistas donde se reparte el empleo, ni consume toda la tecnología que le proporciona acceso a la información y la visibilidad, ni puede costearse alimentos saludables que prevengan enfermedades, ni puede prevenir el deterioro de la salud. Entonces, está en el punto de mira, en la estadística, y lo que se espera de usted, es que sea usted mismo quien apriete el gatillo.
ROMA.- No hubo mucha gente, tan sólo mil personas, pero la marcha de antorchas silenciosa que hubo ayer en esta capital contra los
"suicidios económicos" reflejó a la perfección el clima de desesperación que se vive en Italia.Bajo una lluvia fría, con velas y paraguas en mano, cientos de personas -empresarios, artesanos, comerciantes y representantes de sindicatos, de asociaciones y políticos de diverso tipo y color- se juntaron para decirles
"basta a los muchos, demasiados, suicidios causados por la crisis económica".
El marco de esta inédita protesta fue la plaza del Panteón, uno de los lugares más espectaculares de la Ciudad Eterna, punto de encuentro de miles de turistas que ayer se preguntaban, desconcertados, por qué la ciudad de la Dolce Vita parecía estar de luto.
Desde principios de año, por lo menos 24 personas se quitaron la vida por problemas económicos, en una oleada más que alarmante que golpeó, sobre todo, a los desempleados y a los empresarios ahogados por la recesión y la falta de acceso al crédito.
Anteayer, un informe que causó gran alarma indicó que, en 2010, hubo dos suicidios por día entre personas con problemas económicos (un suicidio por día corresponde a personas desocupadas; el desempleo en Italia es del 9,2%, pero entre los jóvenes supera el 31%).
No por nada, en la manifestación de anoche, llamada "Silenciosamente", el tema principal fue cómo superar esta etapa dramática, marcada por las severísimas medidas de ajuste puestas en marcha por el gobierno de Mario Monti y exigidas por la Unión Europea.
Si bien éstas lograron esquivar el drama de un default a raíz de una deuda pública colosal, hundieron a Italia en una atroz crisis económica.
En un marco cada vez más catastrófico -un estudio indicó ayer que en tres meses se cerraron 146.000 empresas en Italia-, con el consumo en picada y crecimiento cero desde hace casi una década, los bancos no dan créditos, los entes públicos no les pagan a sus proveedores y las familias, que no llegan a fin de mes, se encuentran ahogadas por un terrible aumento de la presión fiscal.
"Mañana enviaremos una carta al gobierno y a todas las instituciones locales, para indicarles en ocho puntos qué hay que hacer para salvar a las empresas y para salvar a Italia", anunció Maurizio Flammini, presidente de Federlazio, una asociación de pequeñas y medianas empresas de la región Lazio (cuya capital es Roma).
"La administración pública, así como estableció la Unión Europea, debe pagar en 30 días", reclamó. "Hay que ayudar a las empresas para que tengan acceso al crédito", le hizo eco Giancarlo Cremonesi, presidente de la Cámara de Comercio de Roma. Coincidió el alcalde de Roma, Gianni Alemanno: "Las pequeñas y medianas empresas se encuentran en una tenaza, tienen que pagar los impuestos, pero no le llegan los pagos. Es urgente que el gobierno dé una señal enseguida o, en caso contrario, es una tragedia", advirtió.
Consciente de que crece el malestar y que la luna de miel que hubo en los primeros meses se acabó, en otra jornada de pasión para la Bolsa de Milán, que cerró en baja, arrastrada por Madrid, Mario Monti no pudo no dejar de aludir a la oleada de suicidios, en una conferencia de prensa posterior a la aprobación del Documento de Economía y Finanzas (DEF), que traza las políticas macroeconómicas y las previsiones que Italia tiene que presentar a la Unión Europea antes de fin de mes.
"Combatimos todos los días para evitar el dramático destino de Grecia, donde se viven importantes recortes y se han producido 1725 suicidios en los últimos dos años. Estas son las condiciones verdaderamente dramáticas de la crisis", dijo Monti.
"Esta crisis está imponiendo un precio altísimo a las familias, a los jóvenes, a los trabajadores, a las empresas, y algunas veces, hay experiencias que terminan en la desesperación", agregó.
En el DEF el gobierno tecnócrata italiano reconoció un agravamiento de la recesión para 2012, que será de 1,2%. Asimismo, reconoció que le resultará imposible eliminar casi totalmente el déficit presupuestario en 2013 como se había propuesto hacer y que habrá que esperar a 2014 para que vuelva un mínimo crecimiento.